Al ritmo de samples y sintetizadores

Al ritmo de samples y sintetizadores
La música electrónica ha conquistado ya a millones de personas en todo el mundo

Ruido para algunos, música para otros. Lo que es incuestionable es que la popularidad de la música electrónica crece como la espuma. Millones de personas siguen a sus DJs favoritos por los diferentes clubs de la geografía y se conectan a emisoras online para estar al tanto de las últimas novedades de un género musical con más de 30 años de vida. Hablamos con Aitor, DJ de la carismática sala bilbaína Image, que nos cuenta lo mejor y lo peor de una de las escenas más atractivas y desconocidas del mundo de la música.

Los orígenes de la música electrónica se remontan a comienzos del siglo XX, cuando los compositores empiezan a sacar partido de los avances tecnológicos. El primer instrumento práctico electrónico, el theremin, fue inventado por Lev Sergeievitch Termen y presentado al público en 1920. El theremin consiste en un gabinete con dos antenas, una hacia arriba y otra hacia la izquierda. El sonido de produce al mover las extremidades en las proximidades de las antenas. Una de ellas controla el tono mientras que la otra regula el volumen. En 1964 llega al mercado el primer sintetizador, inventado por Robert Moog, Se trata de un teclado versátil que permite reproducir una amplia gama de sonidos de diferentes instrumentos. La popularización de la música electrónica llega de la mano de la banda alemana Kraftwerk, con el disco Autobahn (1974) y su característico estilo, denominado electro pop, que le valió un Disco de Oro y encabezó los charts estadounidenses.

Aitor es seguidor de estilos como el house y el techno. El house es quizá el género más extendido de la música electrónica. Nace en Chicago (Estados Unidos) a finales de los 70 y comienzos de los 80. Uno de sus principales impulsores fue Frankie Knuckles Al mismo tiempo surge el techno de Detroit, de la mano de artistas como Derrick May. El trance, otra de las piezas angulares de la electrónica, aparece a finales de la década de los 80, en Frankfurt (Alemania) con Sven Vath como pionero del género.

Aficionado a la música electrónica desde los 12 años, Aitor comenzó su andadura como deejay hace 8 años en Lojantzi (Elgoibar). Ha visitado varios puntos de la geografía española con su música y actualmente pincha en Image (Berango), donde lleva más de 4 años. Además, forma parte del colectivo North Music Wave. “El 70% de la gente que va a las discotecas no le importa la música, es más, ni la escucha”, reconoce. Para Aitor, la escena electrónica en Bilbao está “en la edad de piedra”, mientras que Madrid, Barcelona e Ibiza marcan las tendencias.

Ibiza es el paraíso de la música electrónica. Los mejores DJs del mundo acuden con sus maletas de CDs y vinilos para pinchar en las mejores discotecas antes millares de clubbers. La escena electrónica está dejando de ser algo “underground” sólo para los más puristas y se está dando a conocer en todo el mundo. Los grandes sellos discográficos como Universal firman acuerdos con productores de música electrónica para remezclar temas de artistas como The Killers o Ladyhawke. Hoy, los mejores deejays son considerados dioses por millones de fans y pueden llegar a cobrar más de 30.000 € por una sesión de dos horas.

El lado negativo, como siempre, lo ponen las drogas. Electrónica y consumo de drogas han ido de la mano desde sus inicios. “Lo peor de la noche son las drogas y la gentuza”, nos confiesa Aitor. Si bien es cierto que el consumo de drogas no se da sólo en estos ambientes, es innegable que uno y otro están inevitablemente relacionados. De hecho, son muchos los que opinan que la música electrónica ha evolucionando según lo ha ido haciendo el consumo de las distintas drogas.

En Internet existen millones de páginas Web dedicadas al mundo de la música electrónica, donde los amantes de estilos como el house, techno, trance o chillout discuten acerca de su música favorita. En los últimos años, el descenso de los precios de los ordenadores y de la tecnología en general ha favorecido el aumento de la cantidad de gente que se dedica a la producción de electrónica. Ahora, con un ordenador, un paquete de samples y un secuenciador, cualquiera puede hacer música.

El futuro de la música electrónica se presenta inmejorable. La nueva generación de jóvenes valores asegura la escena por muchos años. Sin embargo, y a pesar de ser todo un profesional, Aitor nos aconseja hacerlo por hobby y no para vivir de ello. “Así he podido pinchar en más sitios de lo que nunca hubiese imaginado”, concluye el de Algorta.

www.hispasonic.com
www.thereminhispano.com
www.moogmusic.com

Ekain Calleja Narváez
1º Com. Audiovisual y Publicidad y RR.PP.
Grupo 16 (Grupo A)
Universidad del País Vasco